martes, 29 de abril de 2014

Familia y educación

La familia es la unidad básica de organización social. Consideramos la familia como un conjunto de personas que se encuentran unidas por lazos de parentesco, cuya función principal es la construcción de contextos socioculturales organizados y estructurados de forma intencional para la crianza y la educación de los miembros más jóvenes. Es decir, proporciona a los hijos protección, apoyo, afecto, socialización,…aspectos fundamentales para su desarrollo. En este contexto, el niño adquiere su personalidad, sus valores y un repertorio de conductas y aprendizajes.

En los primeros momentos de vida, ya se establecen los vínculos afectivos entre los miembros de la familia, que resultarán esenciales para el posterior desarrollo y progreso sus relaciones. Esta función se conoce como socialización. El proceso de socialización establece un marco importante para el desarrollo psicosocial del menor. Dentro de este proceso, se incluye la adquisición de normas sociales y de herramientas de comunicación (lenguaje), imprescindibles para que actúen de forma adecuada dentro del entorno en el que se desarrollan.


La adquisición de valores es fundamental. A través del contexto familiar, el niño, desde una edad temprana, comienza a adquirir estas actitudes y patrones de conducta.  Solidaridad, respeto, tolerancia,… son valores que surgen en el seno familiar, a partir de la observación de la conducta de sus padres. En la escuela, éstas sólo se reforzarán, puesto que la familia es el principal agente educativo en la vida del niño.

Estos comportamientos o conductas son, por tanto, también objeto de socialización


Hoy en día, conocemos que el tipo de familia y las diferentes maneras de relacionarse dentro del núcleo familiar van a influir de manera notable tanto en la personalidad como en el comportamiento del niño. Por tanto, es esencial prestar especial atención a estos aspectos  cuando nos centramos en lo relativo a la educación del menor.


En síntesis, podemos concluir que la familia cumple una serie de funciones fundamentales para el desarrollo psicosocial y educativo del menor: 


  • Ofrece los recursos necesarios para que el niño se desarrolle biológicamente: seguridad, alimento, apoyo, habilidades básicas de supervivencia,… 

  • Es una fuente de educación, a partir de la cual se aprenden patrones de conducta y normas que le permitirán desarrollar su inteligencia, autoestima y valores haciéndolo un ser competitivo y capaz de desenvolverse en sociedad.


  • Es un entorno en el que el menor puede desarrollarse a nivel socioemocional y formar su personalidad.

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